La doble moral del PSOE: Abolicionistas en el Congreso y clientes VIP en los burdeles

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es el único partido abolicionista en materia de prostitución en el Estado español. Ni siquiera Podemos, paladines del feminismo de cuarta ola, tienen clara su posición en este tema. Es por ello que el PSOE lleva años predicando que pagar por sexo es violencia de género. Pero, mientras redactan leyes para multar a los puteros, sus propios miembros acumulan más historias escandalosas que días en el poder. ¿Vergüenza? No, aquí solo hay un manual de "haz lo que digo, no lo que hago" con olor a whisky y tarjetas black.
Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias "Tito Berni", convirtió su escaño socialista en un pase VIP para fiestas donde la cocaína corría más que las ideas progresistas. Este exdiputado canario no solo traficaba con influencias, sino que decoraba sus reuniones con empresarios con prostitutas de lujo. Las fotos filtradas fueron un highlight reel de incoherencia: ¿abolir la prostitución? Sí, pero después del afterparty. El PSOE, como siempre, lo expulsó in extremis… cuando ya había quemado hasta el último gramo de credibilidad.
El exministro José Luis Ábalos, otro gurú del abolicionismo, tenía un hobby curioso: viajar con Jésica Rodríguez, cuyo nombre brillaba en un catálogo de prostitutas de lujo manejado por su asesor Koldo García. Mientras el PSOE prometía leyes para criminalizar a los puteros, Jésica cobraba 88.000 euros por "acompañar" a Ábalos en actos oficiales y alquilar pisos de lujo con dinero público. ¿Ironía? Para el partido, solo es un "error de formas". Para el resto, un chiste tan malo como indecente.
Otro ejemplo lo encontramos en la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (FAFFE), que fue, sin duda, la startup más creativa del PSOE: ¿formación laboral? No, señores. Su verdadera misión era financiar juergas en burdeles con dinero de todos. Fernando Villén, exdirector, gastó 31.969 euros en prostíbulos, incluyendo 14.700 euros en un solo día en el club Don Angelo. ¿Capacitación profesional? Sí, pero para aprender a pedir "la cuenta, por favor" en cinco idiomas. Y aunque ningún líder nacional manchó sus manos (al menos directamente), el mensaje fue claro: en Andalucía, el socialismo se practica… en modo table dance.
El partido insiste en que la prostitución es un pilar del patriarcado, pero sus escándalos la han convertido en un beneficio laboral para sus filas. ¿Cómo exigir sanciones a los puteros cuando tus diputados son los primeros en la fila? La respuesta del PSOE siempre es la misma: "Son casos aislados". Aunque la suma de "aislados" ya forme un archipiélago de corrupción puteril.
Mientras tanto, feministas y votantes se preguntan: ¿es este el partido que erradicará la explotación sexual, o el que la financia con fondos públicos? Cada nuevo escándalo no solo huele a hipocresía, sino que convierte sus discursos en monólogos tragicómicos.
El PSOE podría escribir un manual: "Cómo perder autoridad moral en 10 pasos". Mientras redactan leyes para salvar a las mujeres, sus miembros las reducen a partidas presupuestarias. ¿Crisis de valores? No. Esto es un reality show donde el abolicionismo es el guion, y los burdeles, el backstage. Si algún día logran coherencia, que nos avisen. Mientras tanto, seguiremos viendo cómo su lucha contra la prostitución se desvanece… entre suspiros de prostitutas y colonia barata.
